Si no te diferencias, tendrás que competir por precio. Y esto es una estrategia que seguro que no te conviene.
La clave aquí es tener una propuesta ÚNICA. Una marca es como una persona, se viste diferente, habla diferente, actúa diferente, ofrece sensaciones diferentes.
Al hacer las cosas diferentes a tu competencia (pero con sentido), tendrás un negocio con alma, que haga sentir. Y tus clientes ya no te verán como uno más.